México, 12 de enero de 2025.- Un equipo de investigadores en México ha encontrado una solución innovadora que busca abordar dos de los problemas más críticos del mundo actual: la contaminación por plásticos y la necesidad de fuentes de energía más sostenibles. Liderados por Jorge Oliva Uc, investigador del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM, con sede en Juriquilla, Querétaro, el grupo está desarrollando baterías utilizando plásticos reciclados y agua de mar como electrolito.
Este proyecto tiene como objetivo reducir la acumulación de plásticos de un solo uso en el medio ambiente, al tiempo que ofrece una alternativa más ligera, menos tóxica y potencialmente más económica que las baterías convencionales. Los plásticos más utilizados en la investigación provienen de sobres de productos como catsup y mayonesa, materiales que no requieren procesos complejos para ser moldeados y que han demostrado ser ideales para la fabricación de las nuevas baterías.
El equipo, que ha trabajado durante dos años en este desarrollo, ha centrado su atención en plásticos reciclados de botellas, envases de yogurt y detergentes. Sin embargo, los sobres de productos de un solo uso, como los de catsup, resultaron ser los más adecuados para este propósito. Los investigadores han utilizado estos plásticos para construir electrodos de carbón, que son ensamblados para crear baterías que, según sus estudios, podrían competir con las pilas AA y AAA convencionales.
El investigador Oliva Uc explicó que este enfoque busca reemplazar los materiales tóxicos presentes en las baterías tradicionales, como el zinc y los metales pesados, que representan riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Además, el equipo también trabaja en la reutilización de componentes de baterías de litio, como las utilizadas en teléfonos móviles y vehículos eléctricos, para reducir el impacto ambiental de estas tecnologías.
Como parte del proceso de investigación, los científicos han desarrollado métodos para reutilizar grafitos y electrodos de baterías de litio, transformándolos en acumuladores para dispositivos de menor consumo, como juguetes o controles remotos. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio por crear una economía circular en el sector energético y reducir los desechos de las baterías de vehículos eléctricos, cuya vida útil promedio es de ocho años.
El equipo también ha innovado en el uso de estos acumuladores para la descontaminación del agua. A través de un proceso en el que los electrodos interactúan con la luz solar, los materiales reciclados ayudan a descomponer los compuestos contaminantes presentes en el agua, lo que contribuye a un ambiente más limpio.
El proyecto cuenta con la participación de 11 académicos de diversas instituciones, incluyendo el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, y universidades de Coahuila, Querétaro y Occidente, así como estudiantes de licenciatura y posgrado de la UNAM.
Este innovador enfoque no solo plantea una solución para los residuos plásticos, sino que también ofrece un avance significativo hacia la creación de fuentes de energía más sostenibles y una gestión más eficiente de los recursos.





