Tras siglos de permanecer oculto en la selva, arqueólogos consideran haber encontrado el sitio de Sak-Bahlán, último enclave de los lacandones-ch’olti’es, mayas que resistieron la colonización española hasta el siglo XVIII. El hallazgo forma parte del Proyecto Arqueológico Sak-Bahlán, liderado por los doctores Brent Woodfill (Universidad de Winthrop, EE. UU.) y Yuko Shiratori (Universidad de Rissho, Japón), en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El sitio, también registrado como “Sol y paraíso. Probablemente Sak-Bahlán”, fue localizado gracias a un modelo predictivo elaborado por el arqueólogo Josuhé Lozada Toledo, del Centro INAH Chiapas. Utilizando herramientas de Sistemas de Información Geográfica (SIG), reconstruyó rutas históricas con base en crónicas virreinales, como la del fraile Diego de Rivas, quien en 1695 describió su travesía hacia esta región enclavada en la selva Lacandona.
Con apoyo del software ArcGIS Pro y múltiples variables —topografía, cuerpos de agua, vegetación y logística de desplazamiento— Lozada estableció un rango geográfico probable, que coincidió con evidencia arqueológica descubierta posteriormente en trabajo de campo.
El hallazgo fue posible tras dos temporadas de exploración en la Reserva de la Biosfera Montes Azules, con la participación de los arqueólogos mexicanos Rubén Núñez Ocampo y Socorro del Pilar Jiménez Álvarez. La expedición, financiada por Discovery Channel, será documentada en el especial Discovering the hidden Mayan city: Sac Balam.
Sak-Bahlán fue divisado por primera vez en 1695 y sometido poco después por los españoles, quienes lo renombraron Nuestra Señora de los Dolores. Abandonado en 1721, su ubicación permaneció desconocida hasta ahora. El sitio representa uno de los capítulos finales de la resistencia indígena en Mesoamérica y su redescubrimiento abre una nueva etapa en la investigación sobre los mayas lacandones.
El proyecto busca conectar fuentes históricas y hallazgos arqueológicos, en una zona donde los últimos habitantes de Sak-Bahlán vivieron aislados durante más de un siglo tras la conquista. La historia que narra Jan de Vos en La paz de Dios y del Rey (1988), ahora tiene una nueva página escrita desde la selva chiapaneca.





