Cada 26 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Anticoncepción, con el propósito de sensibilizar a la población sobre los distintos métodos disponibles para prevenir embarazos no planificados, protegerse de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y favorecer la planificación familiar.
A nivel global, se calcula que 214 millones de mujeres en edad reproductiva desean posponer o evitar la maternidad, pero no cuentan con acceso a ningún método anticonceptivo o de planificación.
Origen de la conmemoración
La fecha tiene sus raíces en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo en 1994. Durante ese encuentro, el entonces director ejecutivo del UNFPA, Dr. Nafis Sadik, afirmó: “Las familias sanas se crean por elección, no por casualidad”. Esta visión dio sustento a la iniciativa de dedicar un día a promover la decisión informada sobre el número de hijos y el intervalo entre ellos.
¿Qué es la anticoncepción?
La anticoncepción, también llamada contracepción o control de la natalidad, se refiere al uso de métodos o dispositivos que impiden un embarazo no deseado, contribuyendo al bienestar y autonomía de las familias.
De acuerdo con el informe de la ONU “Tendencias en la Anticoncepción en el Mundo 2015”, el uso de métodos anticonceptivos en América Latina y el Caribe es relativamente alto. Sin embargo, un 10% de las usuarias aún reporta necesidades insatisfechas, principalmente por:
- Acceso limitado a los diferentes métodos, sobre todo en países en desarrollo.
- Preocupaciones sobre efectos secundarios.
- Factores culturales, religiosos o de género que generan resistencia a su uso.
Breve antecedente histórico
El interés institucional por la anticoncepción tiene más de un siglo. En 1907, Estados Unidos implementó los primeros programas gubernamentales de esterilización, considerados uno de los antecedentes de las políticas modernas de planificación familiar.